Si queremos hacer una imitación de un veteado similar a la madera en una superficie lisa lo más fácil es utilizando un veteador, con él conseguiremos que una superficie lisa como el hierro, el yeso o cualquier otra superficie que nos parezca aburrida imite el veteado de la madera. De la habilidad y práctica que tengamos en esta técnica dependerán los resultados.

La preparación de la superficie
La superficie debe estar limpia, seca, sin polvo ni grasa, sin imperfecciones. En áreas brillantes lo conveniente es pulir para eliminar el brillo con lija fina y así facilitar la adherencia. Dependiendo de la superficie que vayamos a vetear habrá que dar una imprimación adecuada, si es metal una mano de antióxido,  si se trata de hormigón, yeso o cemento una mano de fijador sellador, si es madera sin manos anteriores de pintura aplicar una mano de sellador sintético para madera.

Los colores
La elección de los colores es personal de ello depende el acabado final. Por ejemplo, podemos utilizar tonos marrones, beige, cremas muy similares a la madera, o tonos diversos como amarillos, lilas, verdes, azules, que darán una sensación menos real, pero no por ello menos agradable.
Lo conveniente es que ambos colores sean distintos, o uno más oscuro que el otro, para que se destaque bien el efecto. Para imitar las tonalidades del pino puedes escoger un crema para el fondo y un ocre para las vetas.
La aplicación
Imagen: www.bricotex.pro
En primer lugar aplicamos el color del fondo, normalmente el más claro, que debemos dejar que seque bien. Una vez seco extendemos una mano de pintura con rodillo o brocha del otro color sin demasiado cuidado y antes de que seque pasamos el veteador que quitará la pintura dejando ver el color del fondo y formando así las vetas características de la madera.
Es recomendable practicar con el veteador en otra superficie para adquirir práctica antes de enfrentarnos al trabajo que tiene que quedarnos perfecto.
Hay que arrastra el veteador de extremo a extremo, lentamente, sin detenerlo, balanceándolo ligeramente. Al balancearlo se logra el efecto del nudo, pero es recomendable no exagerar con esto porque quedaría demasiado cargado e irreal.


El veteador quita la pintura fresca y se carga, por lo que debes limpiarlo cada vez que lo pasas por la pared o la madera.
Los resultados de la utilización del veteador son más satisfactorios en partes estrechas y largas que en paneles muy anchos. Es una técnica adecuada para, por ejemplo, vigas de techo de hormigón que podrían simular un techo de madera de manera más estética que con la típica pintura color marrón.


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El estilo rústico en la decoración no es un estilo que se inventara sino que surge de la necesidad de construir de forma práctica y económica utilizando materiales toscos como la piedra, el barro, el hierro forjado o la madera sin labrar. Materiales que eran casi siempre los de la zona pues así también se ahorraba en tiempo y transporte. La estética generalmente quedaba en un segundo plano.
El tiempo nos ha hecho ver que también esa manera de construir tiene su estética y su armonía. El estilo rústico en la decoración puede ser tan acogedor como cualquier otro. La elegancia no por fuerza tiene que asociarse a paredes lucidas y pintadas, a maderas bien labradas, molduradas e impecablemente barnizadas.


En la decoración rústica actual utilizamos las paredes de piedra vista, techos a base de maderos casi sin labrar o muebles robustos, con herrajes de forja, hechos de madera maciza y sin apenas adornos que nos recuerdan la calidez de esas casas construidas en zonas rurales que hasta hace poco veíamos como casas pobres y hoy las vemos acogedoras como verdaderos palacios.
Afortunadamente volvemos a valorar ese estilo tradicional de construir y decorar. Se vuelven a encontrar herrajes para puertas y muebles de hierro forjado así como lámparas, cabeceros de cama. En los almacenes de construcción hay lascas de piedra natural y de imitación que facilitan enormemente la creación de ambientes rústicos en edificios de construcción actual.


La madera es quizás el elemento esencial en la decoración rústica pero no siempre podemos permitirnos poner, por ejemplo, un techo decorado con vigas macizas de madera. Como alternativa más económica podemos utilizar vigas de poliuretano imitación madera hechas en moldes y que están concebidas para decorar techos, aunque sin duda las más autenticas son las de poliestireno, que son extremadamente ligeras, igual de económicas, muy fáciles de colocar, parecen realmente madera y, como se hacen de manera artesanal, sin moldes, no se repiten nunca los nudos ni las vetas. No hay dos vigas iguales con lo que se consigue el aspecto autentico de un techo rústico tradicional de madera.
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Me encantan esas casas de campo con mobiliario y arquitectura en madera, con las vigas vistas y ese sabor a antiguo que sólo consiguen los viejos caserones. La amplitud que tienen es, para los que vivimos apiñados en las ciudades, todo un oasis de espacio y de libertad. Las que tienen los techos en madera son, si cabe, más auténticas, con un sabor a rústico que enamora nada más verlas.
Nos transporta a los tiempos de nuestras abuelas, a aquellos tiempos en que no había lavadora, ni lavavajillas, ni ninguna de las comodidades que hoy disfrutamos, pero en cambio, si que había conversaciones a la vera de la chimenea, donde se hablaba de todo menos lo que daban en la tele (porque a menudo no la había), y donde se respiraba paz y amor en todos los rincones, y también mucho sufrimiento. !Que añoranza de aquellos tiempos!
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