El estilo rústico en la decoración no es un estilo que
se inventara sino que surge de la necesidad de construir de forma práctica y
económica utilizando materiales toscos como la piedra, el barro, el hierro
forjado o la madera sin labrar. Materiales que eran casi siempre los de la zona
pues así también se ahorraba en tiempo y transporte. La estética generalmente
quedaba en un segundo plano.
El tiempo nos ha hecho ver que también esa manera de
construir tiene su estética y su armonía. El estilo rústico en la decoración
puede ser tan acogedor como cualquier otro. La elegancia no por fuerza tiene
que asociarse a paredes lucidas y pintadas, a maderas bien labradas, molduradas
e impecablemente barnizadas.
En la decoración rústica actual utilizamos las paredes
de piedra vista, techos a base de maderos casi sin labrar o muebles robustos,
con herrajes de forja, hechos de madera maciza y sin apenas adornos que nos
recuerdan la calidez de esas casas construidas en zonas rurales que hasta hace
poco veíamos como casas pobres y hoy las vemos acogedoras como verdaderos
palacios.
Afortunadamente volvemos a valorar ese estilo
tradicional de construir y decorar. Se vuelven a encontrar herrajes para
puertas y muebles de hierro forjado así como lámparas, cabeceros de cama. En
los almacenes de construcción hay lascas de piedra natural y de imitación que
facilitan enormemente la creación de ambientes rústicos en edificios de
construcción actual.
